Carta a mi hija

Hoy mi hija jugaba con sus muñecas en nuestra pieza, mientras yo dormitaba a su lado. Su voz dulce y bajita contaba mil historias. Yo la escuchaba con los ojos cerrados, pensando, ensoñando, sintiendo… Y de repente la vi… Tan pequeña y gordita durmiendo en mi pecho. Recordé esa sensación caliente y húmeda de nuestros cuerpos unidos. La recordé encima mío, siendo yo su almohada y ella mi aliento. Nos recordé juntas, desde ese increíble primer momento en que ella se empujó desde mi útero hasta llegar a mis brazos. Recordé todas esas noches y siestas que me necesitó para dormir, para alimentarse, para saciar su sed o para calmar su miedo. Hoy mi pequeña ya tiene casi 4 años y se duerme leyendo, con un simple abrazo o sólo cerrando sus ojos. Ya no duerme encima mío y tampoco soy su alimento. Hay días en que toma un poco de teta, pero la mayoría ya no. Mi hija ya no es mi bebé en brazos/teta permanente. Mi hija de a poco ha ido conquistando sus espacios y anotando tickets a su cuadro de desarrollo. Sin apuros, sin límites, sin obligaciones o tiempos preestablecidos. Ella ya no llora si yo me alejo… Parece que ahora me tocó a mí.

– Y tantas noches que pensé que nunca volvería a dormir de corrido. Que perdida estaba.-

Un abrazo mi pequeña Dominga. Y gracias por tanto que me das.

Tu madre, Catalina.

mi cuerpo tu nido

Deja un comentario